Elena Gesmundo
Mi amor por el Yoga empezó cuando descubrí la práctica de Yoga Iyengar, que gracias a un profesor muy inspirador viví como terapia y arte a la vez. Hice mi primera formación en Colombia donde no solo aprendí mucho sobre el Yoga, sino que de esta tierra y este viaje aprendí a confiar en la vida. Decidí un año después de viajar a la India para descubrir las origines de esta práctica. En este viaje que fue muy difícil aprendí que el Yoga es amor hacía mí misma y aprendí a confiar en mí misma. En el Yoga encontré un espacio donde puedo observarme, cuidarme, sentirme en seguridad y dejar de pensar demasiado. Un lugar que ofrece equilibrio y tranquilidad. Compartir lo que he aprendido con la intención de ofrecer esos beneficios a los demás es mi pasión y objetivo.
Calidades importantes en la enseñanza para mí son conocimiento, humildad, presencia, inspiración y un toque de magia. Como estudiante me gusta rendirme y disfrutar de mi cuerpo, simplemente disfrutar de la práctica y calmar mi voz interior de autocrítica. Poco después haber empezado la práctica de asanas y pranayama todos los días he sentido que el Yoga incrementa la energía vital, fortalece cuerpo y mente, ayudándome a crecer y creando herramientas para los momentos difíciles en los que más necesito presencia y consciencia.
Fascinada por el funcionamiento de cuerpo/mente, en febrero 2023 he empezado a formarme en SE (Somatic Experiencing), una técnica de terapia para la sanación de traumas. En la Experiencia Somática se ofrece una nueva y prometedora visión sobre el trauma: se ve al animal humano como un ser único, dotado tanto de la capacidad instintiva para sanar como de la capacidad intelectual para utilizar tal capacidad innata.
Aplico estas nuevas herramientas en mis clases para que a través del yoga las personas descubran su proprio poder sanador.
“Todo lo que vemos o nos parece ver no es otra cosa que un sueño dentro de un sueño”
-Edgar Allan Poe.-
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