¿Cómo practicar yoga? El sthira sukha

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En occidente nos hemos vuelto expertos en la práctica de yoga, si más no en la práctica física de las posturas de yoga. Tanto que nos olvidamos algunas veces de empezar por lo básico, ¿cómo practicar yoga?

Yoga no es un deporte, ni una simple actividad física. Aunque algunas posturas requieren de «conocimientos» o técnica para realizarlas de forma segura, no se trata de una competición atlética, ni una búsqueda de la perfección de las posturas. Tampoco, aunque sus beneficios terapéuticos sean muchos, se trata de un tratamiento o terapia. Yoga es una trabajo interior que requiere de nuestra implicación. Cómo nos recordaba mi maestro, yoga empieza cuando acaba la terapia.

Entonces, delante de una clase de yoga, ¿por dónde empezamos?

¿Cómo practicar yoga?

  • La actitud
  • La atención o observación atenta
  • El sthira sukha
  • La respiración

Estos cuatro enfoques son los que nos acercarán a la práctica de yoga. La que empieza en la esterilla y continua al salir de la clase. Seguiremos aplicando, actitud, respiración, sthira shuka, atención a lo largo del día. Para integrar de forma pausada, serena, los cambios y beneficios que aparecen durante la práctica.

Actitud

Al practicar yoga trabajamos tanto el cuerpo físico, la respiración, el cuerpo emocional como también la mente. Se unen, se fusionan. Pero para que esto suceda es importante una actitud correcta frente a la práctica. Si afrontamos la práctica de yoga como un reto de superación personal, corremos el riesgo de caer en la retroalimentación de nuestro ego. Si no confiamos ni en nosotros mismos, ni en el profesor, la práctica resultará vacía e incluso podemos dañarnos. Yoga nos da esta oportunidad de observación de nuestros patrones y tendencias, tanto sean físicos, emocionales o mentales, pero para que estos surjan nuestra actitud debe ser abierta, de respeto y humildad.

La práctica empieza con nuestra actitud, con yama y niyama, los principios filosóficos del yoga que nos dan recomendaciones sobre nuestra relación con los demás y con nosotros mismos (no perjudicar, no mentir, desapego, etc.).

Gestos y actitudes

Nos podemos ayudar de pequeños gestos simbólicos que nos acercarán a esta actitud hacia uno mismo y hacia los demás. Una actitud hacia el descubrimiento interior.

Photo by Megan Markham on Unsplash
  • Deja tus zapatos a la entrada del centro o del aula del yoga. Nunca practiques con calzado. Este es un gesto de humildad, de desprendimiento. Dejas atrás tu día a día, para empezar descalzo, conectado y más presente tu práctica. Algo de ti se queda en la puerta, tus máscaras, tus corazas, para que puedas practicar desde lo que realmente eres, sin maquillajes, ni florituras.
  • Respeta a tus compañeros, su espacio. En una práctica compartida no estás solo, te fundes con tus compañeros para formar parte de algo más.
  • Practica sin expectativas. Ábrete a lo que pueda suceder durante la práctica. No dependerá del profesor, ni de la sala, ni de la calidad de tu mat, sino de ti.
  • Sigue el ritmo de tu respiración, esta marcará tu práctica. No fuerces ni imites a los demás. Sino que practica según tu estado en cada momento, respetándote y parando cuando lo necesites.
  • Obsérvate sin juzgarte. Solemos ser nuestro crítico más duro. Si observamos una tendencia, un patrón en nuestra práctica, en nuestra actitud, no tenemos que querer suprimirlo, ni tampoco justificarlo. La comprensión de quién somos y cómo somos es el primer paso para querer cambiar algo. Pero este cambio se ha de dar de forma holística y no a base de negación.
  • Al cerrar la práctica deja todo el material, el tuyo y el compartido de forma ordenada. No esperes que alguien limpie y ordene por ti. Se puede valorar el estado de los alumnos en función de cuan ordenadas estén las mantas al salir de la sala. Si no puedes dedicar un minuto a doblar la manta que has usado que beneficio has sacado de practicar yoga?

Atención

La observación forma parte del juego del yoga. Para ello se requiere de una atención enfocada y presente. De ser capaces de poner toda nuestra intención, capacidades, mente y sentidos hacia un mismo objetivo y en el momento presente. No es algo difícil, ni imposible, sino algo que hemos olvidado que sabíamos hacer.

En algún momento de nuestra vida seguro que hemos sido capaces de estar tan enfocados en algo que nos olvidábamos de comer o de dormir. Incluso que estando en nuestra actividad dejábamos de oír los sonidos externos, de percibir el paso del tiempo o de darnos cuenta que había cambiado la temperatura. Cuando estamos totalmente centrados, totalmente enfocados, nuestros sentidos se recogen. Lo externo ya no existe y podemos centrarnos sólo en un punto sin distracción alguna. Esta capacidad de atención plena innata en cada uno de nosotros se cultiva y magnifica en la práctica de yoga.

Nuestra mente sobreestimulada, exigente de novedades, de cambios, jugará en nuestra contra. Aprenderemos a observar también la mente. No para dejarla en blanco, sino para observar nuestros pensamientos y tendencias. Atención en cada momento. Atención plena.

El Sthira sukha

Patañjali nos describe en su texto clásico los Yoga Sutras (formado por breves aforismos o slokas que describen la práctica de yoga) como se debe practicar ásana. Lo hace en solo 3 slokas, de un texto de casi dos cientos. Esto nos indica la importancia relativa de las posturas en el conjunto de la práctica de yoga.

«sthirasukhamāsanam» – La postura es cómoda y estable. Yoga sutras de Patañjali, II.46

Etimológicamente:

  • sthirafirme, duro, compacto; fuerte, paciente | tranquilo, resuelto; perseverante, firmemente apegado a | sostenible, permanente; seguro, establecido.
  • sukhafácil, agradable, feliz | n. alegría, felicidad, placer; comodidad, prosperidad.
  • ās – sentarse, sentarse; encontrarse ; asentarse, quedarse; residir | continuar, practicar; ser [abs.] | conducir a | sentado

Ásana, es la postura del cuerpo que nos ayuda a estar establecidos en una posición. El asiento del cuerpo. El sthira sukha es el concepto yóguico, físico y mental, de firmeza, equilibrio, comodidad y observación. Solo cuando nos establecemos en ásana, cuando aplicamos la tensión justa y necesaria para mantener la postura, pero dejamos de luchar, de hacer, para empezar a sentir des de la comodidad, empieza la auténtica práctica de yoga.

Toda la práctica es sthira sukha, ya estemos en sirsasana (sobre la cabeza) o en la postura de apanasana (boca arriba en el suelo con las rodillas abrazadas al pecho). Es entonces cuando la respiración fluirá libremente sin obstáculos y nos acercaremos al estado del yoga.

La práctica de Hatha-Yin

Respiración

Una vez asentados en nuestra postura, con esta firmeza, equilibrio y observación atenta, la respiración debe fluir de forma suave y profunda a la vez. Gracias a la respiración obtendremos el prana, la energía vital, y nos conectaremos más con nuestro estado a todos los niveles. La respiración hará de puente entre las capas de nuestro ser. Observamos la mente. Al centrar nuestra atención hacia la respiración, sentimos no solo el cuerpo físico, sino que nos adentramos en el resto de cuerpos: energético, emocional, mental, causal.

Con el tiempo seremos capaces de aplicar pranayama a cada postura. De estar más presentes gracias a la respiración, que esta coordine nuestro movimiento en el caso de la práctica dinámica y fluida, o que nos ayude a entrar y interiorizar en el caso de mantener las posturas en estático.

Finalmente la postura

Cuando tenemos la actitud adecuada, la atención presente, aplicamos el sthira sukha y observamos el fluir de la respiración, practicaremos ásana. La postura. Cada postura tiene una finalidad, e incluso la misma postura en prácticas distintas se usa para finalidades distintas. No se trata de hacer las posturas bien o mal, sino de adaptar la postura a nuestras necesidades y nuestra práctica.

Después podemos profundizar en ellas, en la alineación, el cuerpo, la fuerza, el equilibrio, para que las posturas se conviertan en las herramientas que nos acercarán al yoga. Pero antes de preocuparnos de si el pie está abierto o cerrado debemos prestar atención a nuestra actitud y presencia.

Cada practicante debería encontrar su propia práctica. Cómo nos recuerda el maestro T.K.V. Desikachar:

«Aunque haya muchas posturas, no tenemos que hacerlas todas. Debemos planear una práctica, en la que encontremos nuestras propias necesidades, y a través de las cuales podamos descubrir las cualidades de ásana (sthira sukha). Al mismo tiempo debemos prepararnos para otros aspectos del yoga, tales como permanecer sentados confortablemente y respirar profundamente». Conversaciones sobre yoga T.K.V. Desikachar

En resumen como hemos visto delante para practicar yoga empezamos con nuestra actitud, la atención o observación atenta, el sthira sukha y la respiración. Todo esto aplicado a nuestra práctica para que esta deje de ser física y empiece a acercarnos al estado del yoga. El estado donde nuestra mente es capaz de dirigirse a un punto sin distracción alguna. Donde estamos centrados, atentos y relajados al mismo tiempo.

No importa que tipo de yoga hagamos, sino nuestra actitud o nuestra intención para practicar yoga.

Sílvia Gallego

profesora de Hatha Yoga y Pranayama

Yoga para la calma mental (silviagallegoyoga.cat)

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