La práctica de yoga durante un proceso oncológico nos puede beneficiar en múltiples sentidos tanto físicos, mentales como emocionales. Hoy, desde Sincronia Yoga, os contamos los beneficios del yoga oncológico.
¿Qué es el yoga oncológico?
Se trata de un variante del yoga tradicional aplicado a personas que están en un proceso oncológico, ya sea durante o tras la intervención u operación si la hubiera. El yoga oncológico caracteriza por la visión más clínica-terapéutica de la práctica, donde se buscan y promueven los beneficios terapéuticos y emocionales de la misma frente a otros.
Actualmente, en nuestro país se está empezando a ofrecer dentro del nuevo enfoque multidisciplinar y holístico para tratar a los pacientes oncológicos, ya que se han probado sus beneficios en cuanto a recuperación física y gestión emocional.
¿Cuándo empezar a practicar yoga oncológico?
Si bien cada proceso es un mundo en función de las intervenciones a las que nos hayan sometido, el yoga oncológico puede servir:
- Preparación a las intervenciones: visualizaciones, meditación, prácticas de fuerza y gestión emocional.
- Durante el proceso de intervención, quimio, radio, cirugía, a través de la meditación, visualizaciones y calma emocional
- Periodo de recuperación: fortalecer, recuperar y confiar.
Se recomienda una práctica muy suave conociendo el historial de cada paciente y el tipo de intervención al que se haya sometido o vaya a someter. Algunas cirugías serán agresivas con nuestro cuerpo, otras más livianas, pero emocionalmente duras. Algunos pacientes tendrán secuelas como cansancio, anemias, trastornos gastrointestinales, etcétera.
Es por ello que los profesores, instructores y maestros de yoga que lo ofrecen, son personas con sensibilidad a este colectivo y con conocimientos sobre las posibles limitaciones o características físicas de sus practicantes.
Beneficios de esta práctica
Los beneficios de la práctica del yoga oncológico se extienden desde el cuerpo físico, siendo un complemento a la rehabilitación, hasta la mente y la gestión emocional del proceso que implica la enfermedad y sus consecuencias.
Veamos en detalle algunos de ellos:
- Estirar el cuerpo. Despertarlo y desperezarlo, empieza un nuevo día ante ti. Las posturas te ayudarán a ganar flexibilidad física y mental. A salir de la cueva y empezar tu día con energía.
- Volver a la actividad física y estar activo sin sobreesfuerzos innecesarios. A tu ritmo y respiración. El yoga es una actividad placentera que no tiene mucho desgaste cardiovascular y permite un conocimiento profundo de nuestro cuerpo. Esto te permitirá una regulación propia de los periodos de actividad y descanso, favoreciendo tu recuperación.
- Espacio y tiempo para reconocernos en este nuevo estado. Te estás recuperando, ya estás en la recta de salida.
- Fortalecer y reactivar toda la musculatura adyacente a la operación y/o intervenciones. Crea un nuevo sostén en tu cuerpo, reactiva tu musculatura y con ello deja que se activen los circuitos naturales de limpieza y regeneración del cuerpo.
- Subir la energía vital. Es uno de los efectos más conocidos de la práctica de yoga, desde el equilibrio físico, mental y emocional, se recupera el prana o energía vital. La práctica te sentará bien y podrás enfocarte en tu cuidado y recuperación.
- Conexión con uno mismo. Las prácticas se enfocan en ti, quizá durante algunos instantes puedas dejar todas las preocupaciones fuera de la sala, y centrarte en ti, tu respiración, tu ser. ¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes aquí y ahora?
- Compartir desde la comprensión. A menudo los pacientes de procesos oncológicos no pueden compartir sus emociones y estado con sus familiares y conocidos, para no “cargarles” con más preocupaciones. En los grupos de yoga oncológico, se comparte una práctica donde todos están en un proceso similar. Por ello, la comprensión y solidaridad entre practicantes está presente.
- Regulación hormonal. A través de la regulación de la respiración conseguiremos una regulación de los procesos internos de nuestro cuerpo, esto incluye la necesaria regulación hormonal que se puede haber visto alterada por las intervenciones.
- Activación del sistema nervioso parasimpático. Te llevará a la calma física y mental.
Muchos de estos beneficios se obtienen durante la respiración consciente que acompaña a los movimientos y posturas de la práctica de yoga y que es el estado previo a la meditación. La respiración donde simplemente observamos el aire entrando y saliendo del cuerpo de forma calmada, pausada y natural.
Como comentábamos, la práctica de yoga oncológico puede empezar en cualquier momento cuando sientas que necesitas este apoyo que el yoga puede ofrecerte. Aprende a escucharte, a regular tu ritmo y tus tiempos, que no te abrume lo externo, eso ya no es importante.
Priorízate y cuídate.
Silvia Gallego González
Profesora de yoga, autora y editora de libros de respiración