La sociedad actual nos encarrila a un estado constante de actividad, productividad, retos, superaciones y objetivos. Habrá momentos que delante de esta acción constante, puede que te sientas sobrepasado. Hoy, desde Sincronia Yoga, te contamos el poder del yoga restaurativo para reducir el estrés y la ansiedad.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una reacción natural del cuerpo. Ante un estímulo de peligro el cuerpo activa la respuesta de alerta para tener una reacción rápida que nos pueda salvar la vida ya sea huyendo, inmovilizándonos o atacando.
Es bien conocida la imagen de un grupo de gacelas bebiendo agua tranquilamente de un arroyo. A la que una detecta la presencia de un depredador, todo el grupo reacciona inmediatamente huyendo. Esta respuesta se da por un pico de estrés que activa todos sus sentidos y les da herramientas físicas para la huida a toda velocidad. Poco después del ataque, o lo que haya sucedido, el grupo se calma, rebajan su nivel de estrés y vuelven a beber tranquilamente en el arroyo.
Así una respuesta de estrés dura pocos segundos o minutos, mientras que el estado más frecuente de una gacela es la calma. El problema que tenemos en nuestra sociedad es que el estrés se convierte en algo presente a todas horas. No aparece y se va, está siempre ahí. Tenemos tanto estrés durante nuestras actividades diarias que incluso por la noche seguimos apretando los dientes del estrés acumulado en el día.
Creemos que tener estrés ya sea por el trabajo, llegar a fin de mes, las cargas familiares, la vivienda, y un sin fin de motivos más, es algo habitual que hemos normalizado en nuestra vida diaria.
Que sea habitual no significa que sea normal.
Aquí es donde el poder del yoga restaurativo con sus prácticas pausadas, su enfoque lento e interno nos puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
¿Qué es la práctica de yoga restaurativo?
La práctica del yoga restaurativo es un regalo para ti. Un momento de pausa de cambio de ritmo y de liberación de las tensiones acumuladas en tu cuerpo.
Se basa en tres principios: restaurar, revitalizar, recuperar. Es un yoga apto para todos, y especialmente para aquellas personas que tienen una vida muy activa ya sea física o mentalmente y requieren de un tiempo y espacio de pausa.
Parar es tu aliado.
Restaura tu estado natural de calma y observación tranquila. Revitaliza tu cuerpo mediante prácticas conscientes y asequibles. Recupera tu cuerpo libre de tensiones.
Para ello el yoga, en especial el restaurativo, te invita a la observación. A dejar la mente activa y empezar a sentir las cosas sencillas. El sentir el suave movimiento de tu respiración, el contacto de tu cuerpo y el suelo, el peso y fuerza de tus huesos, la movilidad de tus articulaciones, incluso sentir cómo tus órganos están presentes en los movimientos y posturas.
El tiempo será vital en las sesiones de yoga restaurativo. Tienes todo el tiempo para observarte, no hay nada que hacer más que estar aquí. Así podrás parar a escuchar aquellas partes de ti que quieren descanso y atención y que tú vida diaria simplemente ignora. Las respiraciones se alargan, la relajación es profunda, parece que el tiempo se detiene para que te reencuentres contigo.
Muchas veces no podemos cambiar la fuente del estrés. Así como la gacela siempre tendrá depredadores, existirá alguna situación puntual o permanente que sea fuente de estrés para cada uno de nosotros. Pero si puedes cambiar tu enfoque y no quedarte anclado en la situación de estrés. No se trata de huir de las situaciones, pero a veces es bueno dar un rodeo para observar.
Cuando la mente está 100% ocupada por el estrés no es capaz de ver más allá de sus narices. Cambia tu percepción de la realidad.
Así que nuestro aprendizaje es volver a mirar al mundo. Salir de la mente y sus ciclos para ver. El yoga restaurativo nos da el tiempo y el enfoque.
Disfruta de tu práctica.
Sílvia Gallego
Profesora de yoga, autora y editora de libros de respiración